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APAPACHAR

No conocía esta palabra pero al oírla ya me sonó especial. Rápidamente busqué su significado; “Apapachar, acariciar con el alma”. Es una palabra preciosa. Sonora, dulce. De origen antiquísimo (náhuatl). Representa mostrar afecto, no tal como lo entendemos sino de una manera más profunda. Un afecto como si estuviésemos acariciando el alma. Un apapacho no es simplemente un abrazo. Es cualquier acción con la que interpretamos que un alma se está desnudando ante otra para brindarle cariño. Un apoyo íntimo que no tiene que ser necesariamente sexual. Se acaricia con el alma, sin barreras ni limitaciones físicas. La RAE la califica como la palabra más bella de su vocabulario.

Todos conocemos a montones de gente que necesitan apapacharse. Ahora que estoy en visión esférica, y miro constantemente a mi alrededor, cada vez me doy más cuenta de lo sola que se ve a la gente. No significa que físicamente estén solos sino que se notan solitarios. Creo que necesitamos apapacharnos mucho. Vivimos muchas veces encerrados en nosotros mismos. No nos damos cuenta que si apapachamos a los demás su felicidad vendrá de vuelta a nosotros. Apapachemos sin etiquetas ni pudores. Sin miedo a ser juzgados. Sin trabas, sin prejuicios. Hagamos de esta palabra un principio vital para nosotros en nuestro día a día. Que nos sirva para decir a los que queremos cuanto les amamos y cuanto les necesitamos. No dejes pasar la oportunidad de establecer relaciones personales basadas en la autenticidad. Disfruta del cariño de las personas que te quieren. No permitas que las tonterías y banalidades de la vida os distancien.

Casi siempre he esperado que me acaricien con el alma y me he olvidado de acariciarme a mí mismo un montón de veces. Ahora me doy cuenta del error. Ojalá lo hubiese visto antes. Estoy seguro que el trinomio causa-acción-reacción de mi relación de pareja hubiera funcionado de otra forma. Me he dedicado a apapachar a mis seres queridos pero sin consentirme y darme todo el apapacho que yo necesitaba. Intentemos apapachar a los que más queramos pero sobre todo apapachémonos a nosotros mismos. Es una fuente de energía con un poder que ni te imaginas.

El abrazo viene a ser a las relaciones humanas lo que el cargador al  teléfono móvil.

Mejor que nunca te lo dejes en casa, nos sea que lo acabes suplicando a las tres de la mañana en cualquier recepción de hotel. A mi me encantan los abrazos redondos, esos que te envuelven por completo. No hay duda de que resultan mas agradecidos que cualquier palabra, gesto, etc.  Me atrevería a asegurar que es la única manera de que las personas paren el tiempo. El único punto y seguido de todo lo que se puede llegar a sentir. Lo que pasa es que, por desgracia, los besos, las caricias, las relaciones, los matrimonios… si no los consumas a tiempo acaban todos caducando. Apapacha mucho y hazlo con excelencia. Además estoy convencido de que si le dices a una mujer que tienes unas ganas enormes de apapacharla ten por seguro que no la dejas indiferente.

Categorías:Relatos

Francesc