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EL MAPA DEL TESORO Y LOS NUEVE MOVIMIENTOS

Sobre el sexo se han escrito millones de palabras y todavía quedan muchas más por escribir. En un tema como éste por mucho que queramos profundizar nunca llegaremos, por fortuna, al conocimiento total. Existen miles de técnicas para el placer pero hay una forma milenaria para que los dos miembros de la pareja disfruten al máximo. Es la técnica sexual de los nueve movimientos. Si te parece que no se puede detener el tiempo es que aún no la conoces.

Dicen que el sexo está sobrevalorado y estoy en total desacuerdo. En nuestra sociedad podemos encontrarnos a partidarios de distintas fracciones. Están los que lo practican poco o muy poco. Generalmente porque no tienen otro remedio o no tienen posibilidad. Hay los abanderaros de que el sexo no es un leitmotiv vital. Otros piensan que su práctica es a veces contraproducente. También están los practicantes más o menos regulares, me parece que éste es el grupo más numeroso. Les gusta el sexo pero por las razones que sea no pueden practicarlo con la frecuencia que desearían. Aquí estarían la mayoría de parejas que llevan mucho tiempo juntas. Otro grupo serian los fans del sexo, personas a las que les encanta el sexo y lo practican siempre que pueden. Buscan variantes y alicientes, son personas a las que les gustaría doctorarse sexualmente, ser “cum laude” sexuales. Yo pertenezco a este club.

La técnica sexual de los nueve movimientos te permite subir un escalón más en tu repertorio sexual.

Disfrutas de matices que seguramente no habías experimentado jamás. Busca la calidad no la cantidad. Si eres novel deberás hacer un ejercicio de concentración doble, centrarte en el presente y ser consciente al cien por cien de lo que estás haciendo. Es posible que las primeras veces te complique un poco la aritmética y te distraigas momentáneamente. No pasa nada. Practica para que se convierta en un proceso natural que hagas sin complicaciones. Se trata de contar, durante el coito, siete penetraciones superficiales (sólo el glande) y después dos profundas, y comenzar de esta forma un ciclo en que van aumentando las profundas y disminuyendo las superficiales. Un ejemplo de patrón adaptable podría ser; siete penetraciones superficiales y dos profundas, seis superficiales y tres profundas, cinco superficiales y cuatro profundas… y así hasta llegar a las nueve profundas. ¿Y qué pasa al terminar? Pues que nuestro instinto generalmente nos lleva a continuar con las profundas. Resistirse a este instinto es apostar claramente por vosotros y no por la simple reproducción de la especie.

El origen de esta forma de amar está en el taoísmo. Afirma que la energía sexual masculina, el yang, se proyecta hacia afuera a través de los genitales.  Según esta visión la energía femenina, el ying, está oculta, y para estimularla y hacerla brotar (hacia adentro de la mujer) hay que preparar su cuerpo llamando a las tres puertas. Hoy se identifican con el clítoris, el punto G y el fórnix. Dentro de este último hay dos zonas erógenas distintas que se pueden alcanzar con esta técnica: la anterior, que puede llevar a la mujer a una rápida lubricación incluso sin otra forma de excitación implicada y que, tras un contacto continuo, desencadena el orgasmo, y el punto K, llamado también pasaje misterioso, que sólo puede estimularse en ciertas mujeres y en ciertos momentos de forma placentera, porque puede resultar demasiado intenso.

Después de la parte teórica toca la práctica. He aplicado la técnica. Al principio es cierto que te cuesta centrarte porque la cabeza se te va en los números, pero una vez le coges el truco faltan palabras para explicar la experiencia. Las sensaciones son satisfactoriamente diferentes. Se aconsejan trabajos preparatorios previos, que ya sabemos que siempre ayudan, pero una vez estás en el tema todo tiene otro ritmo, hay mucha más calma, se hace todo más pausado. Obtienes más placer y notas un grado de intensidad superior al acostumbrado. Y ella te lo agradece y te lo agradece mucho pero mucho mucho.  La conexión es brutal y es fácil encontrar un final conjunto. Así que ya sabes, si eres curioso, te gusta el sexo y te apetece profundizar en variantes beneficiosas para ti y para tu pareja aplica los nueve movimientos. Verás cómo al final los dos acabáis con una gran sonrisa y una cara de satisfacción absoluta.

Categorías:Relatos

Francesc