El mambe y el ambil son plantas maestras del Amazonas colombiano. El mambe es la hoja de coca tostada y hecha polvo mezclada con ceniza de yarumo azul. El ambil es el resultado de cocinar la hoja de tabaco hasta que queda como una pomada mezclada con sales vegetales. El mambeo o conversatorio es el acto de sentarse a escuchar las enseñanzas de vida de los sabios, esos seres humanos experimentados de una aldea o comunidad amazónica. El acto de mambear requiere disciplina y responsabilidad. A través del uso de las plantas antes descritas el cuerpo físico potencia sus estados anímicos y su metabolismo. Genera estados alterados de consciencia. Aumenta tu concentración y el nivel de escucha y auto observación. Como consecuencia logras una mejor retentiva de las enseñanzas y los conceptos desarrollados. Deriva en un aprendizaje continuo de cómo vivir la vida en una felicidad permanente en contacto con la naturaleza interior y la exterior que rodea al ser humano.
En mi ultimo viaje a Colombia tuve la oportunidad de mambear con un chamán íntimo amigo mío, Mauricio, una bellísima persona. Quedamos en el centro de Bogotá un domingo por la tarde para irnos a Tierras Calientes de mambeo. Debo reconocerlo, estaba muy nervioso. El simple hecho de la preparación ya te lleva a otra dimensión. Cuando ves todo el desparrame de ingredientes encima la mesa ya presientes que aquello te va a transportar seguro. La pomada y el polvo te dejan la boca llena. Masticando lentamente se hace una bola que vas saboreando, si te pudieses ver en un espejo te darías cuenta que tu boca y tus dientes están completamente negros. Como lo hago en compañía, nos calentamos mutuamente hablando de la vida para llegar en forma a la fase de meditación. Al cabo de un rato empiezo a notar los efectos. Ligero mareo y los sentidos en plena ebullición. Euforia y concentración. No tengo visiones pero me imagino cosas. Creo que me hice un caos mental importante. Y medito. Me parece que estoy levitando y que encuentro respuestas a muchas preguntas que hasta hace poco me hacía y que no podía resolver. Mi claridad de ideas y mi lucidez mental es considerable, o eso al menos pienso yo. Al final después de una interesantísima conversación con Mauricio volvemos a nuestro estado original. Cansados, satisfechos y con un leve dolor de cabeza.
Estoy seguro que la curiosidad de la gente se despertará al momento cuando te vean meterte una cucharada de polvo verde en la boca acompañada de una jalea oscura. Al explicar los ingredientes rápidamente la gente lo asocia sin más con la coca. Para ellos coca es igual a droga.
Para los pueblos indígenas la coca es una madre. Una planta sagrada que alimenta y da vida. Una medicina que cura el cuerpo y el espíritu. De esta forma debemos tratarla también.
Si pretendemos utilizarla con otros fines, la planta pierde sus bondades y puede llegar a hacer mucho daño. Para estos pueblos todas las drogas son malas. La droga no es una sustancia como tal, sino el uso que de ella se hace. Los males no están en las plantas, sino en nosotros mismos y en la naturaleza de nuestras acciones. Los pueblos indígenas sudamericanos nos pueden enseñar muchas cosas. Yo he aprendido a mambear. Estoy contento por ello. Pero lo más importante es el respeto que tienen hacia la naturaleza y cómo saben interpretar y usar sus beneficios. Las plantas encierran un gran poder. Son herramientas para el entendimiento, la salud y la evolución espiritual. Pero sólo cuando las usamos correctamente. Te invito a que abras tu mente. Proponte una relación diferente con estas plantas maravillosas. Transfórmalas de drogas a medicinas. Que te sirvan de enseñanza sobre cómo vivir la vida con una felicidad permanente. Te doy mi bienvenida al mambeadero.
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