Menu Home

LA POSITIVIDAD TÓXICA

Positividad tóxica, dos palabras en principio contradictorias y que juntas parece que no tienen mucho sentido, de modo que nos preguntamos ¿puede ser la positividad tóxica? Pues parece que si, de hecho según el escritor americano Mark Manson “cualquier intento de escapar de lo negativo, evitarlo, sofocarlo o silenciarlo, fracasa”. Según él evitar el sufrimiento es una forma de sufrimiento, por tanto, la negación del fracaso es un fracaso. 

De modo que el sutil arte de que todo nos importe una mierda no es tan sutil ni tan arte. Imponernos una actitud falsamente positiva aparentando un estado de felicidad y optimismo que silencie nuestras emociones no es muy sano. Los expertos opinan que negar constantemente todo lo negativo que sentimos en situaciones complicadas (que nos generen tristeza, frustración, rabia, ansiedad, envidia, etc.) es agotador y no nos permite generar resiliencia, lo que vendría a ser capacidad para adaptarnos a situaciones adversas para nosotros. Esta postura nos aleja de nosotros mismos, aislando nuestras emociones bajo una fachada de positivismo a fin de no exponer que nos vemos imperfectos.

Este termino convive con la psicología positiva y en ocasiones se confunden ambas. La clave esta en enfocarse en los aspectos positivos de las diferentes situaciones que nos van ocurriendo sin que estos sean llevados al extremo, ya que esto puede generar una baja capacidad para afrontar situaciones negativas. Negar las situaciones dolorosas y dañinas que te ocurren es como ver la realidad con un solo ojo. Además tiene consecuencias físicas, la represión de las emociones se somatiza y se acaba expresando en el cuerpo muchas veces en forma de enfermedad, esta actitud provoca un agotamiento mental y físico alto. Desvirtualizar el mundo emocional puede llevar a vivir una vida irreal que dañe nuestra salud mental. Tanto positivismo no es positivo para nadie. Sin frustración y fracaso no hay aprendizaje ni desarrollo personal. 

¿Está de moda el positivismo tóxico? Creo que sí. Las redes sociales han ayudado mucho a ello obligando a comparar nuestras vidas con las vidas perfectas que aparecen por internet. Prácticamente todo el mundo tiene redes sociales y todos quieren ser perfectos en ellas, esto resulta agotador aparte de no ser un reflejo de la realidad. 

¿Podemos decir con total tranquilidad que “está bien no estar bien”?

Validar en lugar de ignorar, esta es la propuesta de los especialistas para superar este exceso de optimismo que acaba siendo perjudicial. Tenemos que ser más honestos y auténticos, sin temor a expresar nuestras emociones. Si las reconocemos y además las expresamos aprendiendo de ellas ganamos resiliencia, una competencia que nos ayudará a afrontar situaciones complejas en un futuro.

Soy una persona con mentalidad positiva, pero si tengo que hacer un ejercicio de sinceridad creo que en algunas épocas de mi vida he pecado de cierto exceso de positividad. Esta claro que ser positivo te ayuda ir por la vida con otro ánimo, también afrontas los problemas con otro carácter, pero un exceso de positividad te puede alejar de la realidad de hechos concretos y además no te prepara para dificultades futuras. Me he dado cuenta de que un subidón de optimismo no te beneficia en nada, es mucho mejor ser consciente de la realidad de ciertas situaciones, situaciones que con frecuencia producen emociones negativas. He descubierto que puedo afrontar estos hechos reconociendo que desde el sufrimiento también es posible tener una actitud positiva. Esto te permite tomar consciencia de estas emociones negativas,  reconocerlas e intentar adaptarte a ellas. Saber que te están preparando para afrontar otros imprevistos igualmente complejos. Por tanto, ahora sigo disponiendo de un extra de actitud positiva pero también soy consciente de que ante circunstancias adversas tengo emociones que pueden ser negativas, así que las acepto y disfruto porque me he dado cuenta que también es un placer llegar a reconocerlas. La vida no es siempre de color rosa sino que tiene muchos colores y todos son bonitos, sólo necesitas aprender a mirarlos con cariño.

Concluyendo, la conciencia y la aceptación de situaciones o hechos que no son de tu agrado te prepara para tener una perspectiva constructiva. Todas nuestras emociones son auténticas y reales, y por tanto todas ellas son válidas, lo más importante es hacer un ejercicio de consciencia y ser consciente de cuál es la situación y la emoción que estás viviendo, de esta forma nos responsabilizamos de nuestra propia felicidad desde una psicología constructiva.

Categorías:Relatos

Francesc