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VISITANDO EL TÚNEL

No recuerdo con exactitud el momento de mi entrada en el túnel. Solo tengo presente que de golpe me encontré sumido en una total oscuridad. Imagino que fue consecuencia de unos pasos iniciales no muy acertados y de un cúmulo de circunstancias que me llevo durante una larga temporada a estar perdido en este sitio. Pero lo que sí tengo claro son mis recuerdos de vivir en esa oscuridad. No es agradable. Cuando te metes en un pozo y cada vez vas cayendo más abajo es complicado encontrar una salida. Además tu mente tampoco está muy despejada, por lo que se hace difícil que puedas razonar de forma clara y objetiva. Si estás rodeado de negro lo normal es que lo veas todo negro. Y si tu entorno tampoco te es favorable ni te ayuda, la cosa tiene mala pinta.

Estaba viviendo una situación profesional compleja, tenía una empresa en copropiedad que se vio arrastrada por la crisis. A pesar de estar luchando muchos años por su salvación, y la de sus trabajadores, al final nos aconsejaron su cierre. Es complicado gestionar todas las emociones que un hecho así conlleva. Te implica a ti, pero también afecta directamente a tu familia y, lo que es peor, te responsabilizas de todas las personas que  la forman. Este cúmulo de sentimientos conlleva un desgaste emocional considerable. En mi caso además gestioné todo el lío en solitario y esto aún te castiga más. A esta situación se le sumó que no estaba pasando la mejor época en mi matrimonio. Estábamos en una lucha de egos y poder absurdo con mi esposa. Hacía tiempo que nos estábamos matando por orgullos mal gestionados. Visto desde la distancia creo que había un exceso de amor y pasión muy mal llevados. Es cierto que hubo mucho amor y mucha pasión, pero también hubo poca inteligencia emocional, cero madurez y demasiado orgullo. Estoy seguro de que nos quisimos mucho, pero también estoy seguro de que nos quisimos mal. Todo esto sumado a mi situación profesional hizo que comprase un billete de primera clase para visitar el túnel.

Así que de pronto me vi solo en aquel lugar. Sin esperanzas, sin expectativas de salida, sin apoyos, muy cansado física y psicológicamente, y sin saber qué hacer ni a quién acudir. Es triste. Me considero una persona generosa, sobre todo con los demás, tanto a nivel material como emocional. Esto me ha permitido no tener en la cabeza culpabilidades o sensaciones negativas, con la excepción de la batalla matrimonial, pero también me ha llevado a sentirme aún más solo. Me he encontrado a muy poca gente con el gen de la generosidad en la vida. Darte cuenta de que no tienes reciprocidad en la manera en que vives la vida y en la entrega que pones en ella no ayuda a estar positivo. ¿Qué hacer? La verdad es que no tenía ni idea. Solo, en un mundo oscuro y sin ver la salida de ese largo túnel. Estaba caminando sin sentido hacia ningún lugar. No veía peldaños ni atajos que me iluminaran para descubrir una posible salida.

Una vez metido en el túnel golpeé varias veces contra las paredes y caí al suelo en muchas ocasiones. Convivía con una sensación de mareo permanente por esta situación. Casi podía llegar a tocar la sensación de angustia que me producía la oscuridad. Vivía con una constante ansiedad que se  convirtió en mi única compañía. Es entonces cuando llega el momento en que ves que tu fin se acerca. Solo tienes dos opciones, o te dejas ir y te vas apagando poco a poco sin que ya nunca más puedas volver a ver la claridad o, aunque creas que no tienes fuerzas, intentas levantarte para buscar la salida que siempre existe. Yo opté por esto. Pensaba que no tenía fuerzas, pero descubrí que siempre hay una reserva de energía esperando a que la uses. No sé como pero pude levantarme. Ya no caí más al suelo. No me golpeé más con las paredes y empecé a caminar cada vez con paso más firme. Cuando mi andar se hizo más seguro a lo lejos pude vislumbrar cierta claridad que poco a poco fue transformándose en una luz  que me marcaba el final del túnel. Así que guiado por esta pude encontrar por fin la salida y volver a disfrutar de sol y los colores de la vida.

Me gustaría que este relato pudiera ayudar a personas que aún están perdidas en su túnel y también que sirva de aviso a otras para que no entren en esos túneles oscuros y peligrosos. Mi experiencia fue dura pero positiva. Soy agradecido y pienso que de cualquier experiencia, por mala que sea, debemos sacar enseñanzas que nos hagan mejores personas. He visto que hay túneles de todas las medidas, anchos o estrechos, cortos o largos, pero todos, y esto no tiene discusión, tienen salida. Por tanto, si por la causa que sea te ves de pronto perdido en medio de un túnel, estate tranquilo y ten la confianza de que siempre hay una salida para todo. Estoy seguro de que todos necesitamos ese momento de oscuridad para ver qué es lo que realmente brilla en nuestras vidas.

Categorías:Relatos

Francesc