Todo empezó durante el famoso confinamiento. Una muy buena amiga, profesora de yoga y mindfulness me llamó para interesarse por cómo me encontraba. Fui muy sincero con ella. No veía nada claro tener que estar encerrado sólo en casa durante un tiempo incierto. Le hice saber que esta nueva situación, sumada a mis angustias pasadas, me producía cierta ansiedad. Rápidamente me propuso una solución; al día siguiente empezaba un curso a distancia de meditación guiada. Se trataba de juntar a un grupo de no más de cinco o seis personas y reunirnos diariamente durante una hora aproximadamente para conocer los secretos de la meditación. Su idea era hacerlo durante todo un mes.
No lo dudé ni un instante y me apunté al momento. El primer día, todo nervios, hicimos las presentaciones formales. Cuatro mujeres y dos hombres, de mundos muy distintos y lugares lejanos, Holanda, Andorra, Bélgica y España. Ya desde el inicio se creó un clima especial, todos desprendían una energía positiva y un buen rollo genial. Es necesario aclarar que mi amiga es una crack y sabe llevar esta tipo de situaciones de manera perfecta. De forma muy inteligente fue dejando que el grupo intimase progresivamente, mezclando fases de meditación, pura y dura, con fases de terapia grupal súper interesante. Yo nunca había hecho meditación, de hecho si me dicen que Pablo se apuntaría a un grupo de meditación diaria durante un mes no me lo creo. Reconozco que era una asignatura que tenía pendiente, y es que hacía tiempo que tenía cierta inquietud por conocer el asunto. Y la realidad es que me sorprendió mucho y para bien. No tardamos muchos días en coger ritmo, el grupo enseguida se enchufó. Según iban pasando los días todos esperábamos la hora de la práctica como niños pequeñitos esperando su caramelito.
Con la meditación aprendí varias cosas y todas importantes.
En primer lugar me enseño a controlar mi respiración y centrarme en ella. No se que pasa con mi cuerpo pero desde hace tiempo mi respiración me tiene frito. Tengo poca capacidad pulmonar. Después de mil pruebas ningún doctor sabe exactamente a qué se debe. Intuyo que mis problemas vienen derivados de una relación de pareja tormentosa que me angustiaba demasiado. Disfrutar del control de tu respiración es un placer que yo no conocía. Además ahora he comprobado que este control no afecta sólo a tu respiración sino que se expande por todo tu cuerpo, entras en otra fase, de paz mental, de tranquilidad, y centras tu consciencia en lo que tu quieres. Aprender a dirigirte mentalmente es otro paso fundamental. Mi mente siempre ha ido a toda pastilla, no vivía esféricamente sino que iba a mil por hora. Esto no es bueno, hay que saber relajarse cuando lo necesitas. Con la meditación he aprendido a controlar estas velocidades, ahora sigo corriendo pero cuando necesito parar o aflojar soy yo quien controlo la velocidad. Para mí ha sido un paso muy importante gestionar este control. Al mismo tiempo la cohesión del grupo era cada vez más fuerte, lo que favorecía que en cada encuentro mostrásemos un poco más nuestra intimidad. Descubrir que hay otras personas que también tienes sus estresores, situaciones o condiciones que les generan estrés, que los podemos compartir y que además nos ayudamos mútuamente a controlarlos y superarlos es realmente útil. Notas que te ayuda a superar tus historias pero también ayudas tú a los demás a superar las suyas y esto te hace estar maravillosamente bien.
Tal fue el éxito de la experiencia que, una vez pasado el mes, por unanimidad decidimos hacer una prórroga de otro mes. La energía que habíamos acumulado durante ese tiempo y la afinidad entre todos nosotros no podía deshacerse de un día para otro. En alguna ocasión ya he comentado mi curiosidad por todo. He probado muchas cosas y he vivido bastantes experiencias, pero sinceramente estos dos meses de meditación me han cambiado sustancialmente la vida. Aprender técnicas y recursos para dejar ir pensamientos, sensaciones, temores, inquietudes,… que con frecuencia me atormentaban o que me impedían ser yo mismo e incluso me impedían avanzar como yo quería tiene un grado de satisfacción elevado. Ahora dispongo de mecanismos plenamente interiorizados que me permiten controlar situaciones que antes me desbordaban. Es más puedo intuir con antelación el momento de su llegada y anticipar mis recursos, de forma que ahora el control lo tengo yo. Llegar a este punto, que yo desconocía, me ha transformado. Soy mucho más paciente. Creo que también he mejorado como persona, eso dice mi círculo, porque ahora observo el comportamiento de los demás desde otra perspectiva, procuro no juzgar y entiendo mucho mejor sus conductas y las causas que las originan.
Estar tranquilo de mente te genera seguridad en ti mismo, felicidad personal y alegría interior.
Felicito a mi coach y a todos mis compañeros porque han sido fantásticos, no creo que hubiese encontrado un grupo mejor, con tanta afinidad y positivismo. De modo que sólo me queda decir que si te apetece hacer un cambio radical en tu vida, no para ir a mejor sino para hacer un salto a la excelencia, considera meditar, notarás que en poco tiempo te convertirás en una persona que no conocías y que seguro te va a encantar.
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Fantástica transformación la que nos compartes en este relato, muchas gracias.
Des de mi experiencia profesional y personal la meditación es una gran herramienta para utilizarla diariamente, nos permite conocernos un poquito mejor e incluso llegar a ser amigos de nosotros mismos.
Muchas gracias por tu aportación, estoy completamente de acuerdo con tus reflexiones.
Pues yo no logro concentrarme! Será que no tengo un buen guía?
Gracias por tu aportación Regina. Te aconsejo empezar por una meditación guiada par luego ir por libre, en cuanto al guía a tu elección seguro que encuentras uno que te encaja.