Recuerdo cuando de jovencito me presentaban a alguien de cincuenta años, me parecía terriblemente mayor. Es más, lo veía viejo y en plena decadencia, pensaba que físicamente ya no daba para mucho más y en aquel momento ni siquiera me planteaba si en cuestiones intelectuales aún estaba en ebullición. Pero ha llegado el momento en el que me toca decir a mí que soy un cincuentón y ¿qué ocurre? Pues que he cambiado completamente de idea. He entrado en la cincuentena en plena forma, es más creo que en la mejor etapa de mi vida. Me he dado cuenta que tener cincuenta años es un privilegio y un lujo, vaya un auténtico placer.
Así que aquí estoy yo, Pablo, con los cincuenta en la espalda y, como dice el dicho, más feliz que una perdiz. Me doy cuenta de que estoy en un momento en que mi creatividad y mi capacidad para reinventar cosas está en su punto álgido. La fuerza que me empuja para estar viviendo esféricamente e ir por la vida al doscientos por cien son mis ganas de aprender. Tengo claro que nunca sabré demasiado y que mi aprendizaje es un trabajo constante, día a día hasta mi final. Ahora aprendo de todo y de todos. La vida me ha dado muchos vaivenes, éxitos y fracasos y puedo decir que en todos he aprendido. Quizás cuando era joven lo hacía más por obligación aunque siempre he sido curioso. Pero soy consciente de que desde hace tiempo lo hago por vocación. La curiosidad de aprender debe generar en nuestro cerebro alguna cosa especial, que no sé exactamente cómo definir, pero que hace que rejuvenezcas, que estés más feliz y socialices de otra forma. Además cuanto más sabes más quieres saber y esto te empuja a poner más esfuerzo en cada trabajo u objetivo para seguir mejorando. Esta situación se convierte en un círculo sin final que te hace crecer cada día más.
La vida debe ser comprendida hacia atrás, pero debe ser vivida hacia delante.
Estoy en la edad perfecta para ello. Cuando hago mi balance me doy cuenta de que mi bagaje personal es grande y que, a pesar de todos los destrozos que he dejado por el camino, también es satisfactorio. Y no tengo miedo. Debo reconocer que siempre he sido una persona con pocos temores. Me he guiado muchas veces por mi intuición, que ha sido siempre mi más fiel y certera compañera, y me he lanzado a muchas aventuras asumiendo riesgos. Aún hoy no concibo la vida sin riesgos, eso sí, ahora acostumbro a hacer una valoración previa más acertada ya que la experiencia es un grado y esto se nota. También decido yo y decido en todo. Recuerdo una frase que me gusta mucho y que dice; cuidado con estar donde debiste y no donde quisiste. Pues bien, ahora estoy donde quiero. Me he pasado muchos años ocupando el lugar que debía y no el que quería, esto frustra y desgasta demasiado. Desde hace tiempo decido yo donde quiero estar y con quién quiero estar.
A esta edad te permites el placer de estar de vuelta de muchas cosas. Estaba en una cena con unos amigos cuando uno de ellos comentó; si quieres estar bien en este mundo procura no dejarte engañar nunca pero finge que te dejas engañar siempre. Creo que son unas palabras ciertamente sabias. La experiencia de tener cincuenta te permite dejar que te engañen sin ser engañado, aprendes a escuchar con paciencia y aceptas con humildad. La madurez tiene estas cosas. Además resulta que hoy con tanto gym, mindfulness, yoga, pilates… hay muchos cincuentones que tienen mejor cuerpo que cuando eran adolescentes. He cultivado siempre mi mente pero también he cultivado mi cuerpo, y me doy cuenta de que tengo más éxito ahora que unos años atrás, es más, incluso yo me encuentro más atractivo. Este punto de madurez con un cuerpo aún juvenil tiene más gancho del que yo creía.
Por tanto, si te encuentras en la tesitura de estar en esta franja de edad, celébralo y date por afortunado, cumplir los cincuenta es un motivo de alegría, no tanto por la fecha simbólica que representa, sino porque has llegado a un punto en que la vida tiene un retorno que empieza a ser muy satisfactorio. Ten por seguro que la felicidad no se alcanza mediante la ausencia de problemas, sino enfrentándote a ellos. A esta edad has luchado en muchas batallas, unas perdidas y otras ganadas, pero en todas has ido ganando sabiduría. Así que, como dirían los americanos, siéntense y disfruten que ahora viene lo bueno.
Categorías:Relatos
Excelente! Gracias por compartir tu experiencia. Comparto lo que dices.
Eres Pablo o Francesc?
Un saludo y a seguir adelante😄 aún tienes mínimo 50 años más por delante 💪🏼🔥
Muchas gracias Juanfer !! Escribe Francesc las historias de Pablo.