Cada cierto tiempo, pero sobretodo a primeros de año, una amplia mayoría de personas se propone una gran cantidad de buenos propósitos. Todos tenemos la firme convicción de hacer más y mejores cosas. Es un punto de inflexión para la adopción de hábitos que nos favorezcan como individuos y nos mejoren a nivel profesional. A estos deseos de crecimiento personal se añade que laboralmente hay muchos factores que escapan a nuestro control. Factores que producen estrés y ayudan a que fracasen nuestros brillantes propósitos. Por ello resulta fundamental saber gestionar la ansiedad derivada de todo esto, para que no afecte a nuestra salud y bienestar. Aquí es donde entra el journaling.
Es una practica que cada vez más personas van adoptando con el fin de gestionar mejor su estrés. Es necesario tener un cuaderno en el que puedas anotar tus pensamientos, deseos, temores, esperanzas… Vendría a ser una especie de diario sin la obligación de tener que hacerlo todos los días. Puedes escribir sólo cuando consideres que es necesario y lo necesites. Es un método que se adapta completamente a ti. Simplemente se aconseja tener toda la información a mano y en el mismo lugar, no dispersa. Por eso es aconsejable escribir en un cuaderno, libreta, folio, evernote, notebook, … Escribe sobre todo lo que necesites vaciar. De esta forma desconectas de aquello que te angustia y te liberas de ello pasándolo a tu journal. Esto aporta claridad a tu mente. Según la Universidad de Virginia el estado mindfulness que proporciona escribir o dibujar en un diario ayuda a focalizar pensamientos sueltos en un proceso concreto. También aumenta el coeficiente intelectual porque fortalece el área del lenguaje. Nos ayuda a tener una mejor composición de ideas y a entrenar el cerebro para estar más ordenado.
En algún lugar leí que esta técnica es un superhábito de alto rendimiento. Estoy plenamente convencido. “Leer amuebla la mente con el material del conocimiento”.
Entremos al detalle de su práctica. Escribir un diario puede resultar monótono y pesado. Se propone la utilización de otro formato, más cómodo y que rompa reglas establecidas. Cualquier soporte es válido, pero es mejor que tenga muchas hojas donde al final puedas ordenar tu desorden. Utiliza distintos materiales y mézclalos. Colorea según tus gustos. Haz dibujos, esquemas, subraya frases, inventa títulos, versos, párrafos, etc. Lo importante es que te vacíes, que sueltes lo que tengas dentro. Cuando leas, escuches o encuentres cualquier cosa que te parezca importante anótalo. Partimos del planteamiento de que leer no es suficiente. Hay que jugar con las ideas, manipularlas, aplicarlas ahora mismo a lo que haces. Debes entender los conceptos y aplicarlos allá donde puedas marcar la diferencia. Lo que importa es la idea que esta detrás de la idea. Esta frase tan potente encierra una profunda reflexión. Es necesario que exprimas tu cerebro, no te quedes sólo con la idea inicial de otro, aprovéchala y hazla tuya a tu manera. Por eso no basta sólo con leer, necesitas escribir lo que sale de ahí. A esto se le llama journaling. Baila con lo que lees y las ideas que te llegan mientras lo haces. Así lograrás crear las tuyas propias. Entenderás mejor lo que lees y harás tu propia creación. Dejarás de pasar páginas. Esta técnica te permite aprender más rápido y con más eficiencia, llegas antes a todo lo que te propongas. Generas nuevos enfoques y de esta forma te preparas para vivir y trabajar mejor.
Me encanta el journaling. Hace tiempo que lo practico y la verdad es que es muy recomendable. Con él he aprendido a desprenderme de mis pensamientos, aunque sean ridículos, da igual, lo escribo todo. Cuanto más escribo más profundizo en mi mente y en los patrones de mis pensamientos. Libero espacio de mi cerebro que puedo utilizar para otras cosas. Esto me permite disfrutar de puntos de vista hasta ahora desconocidos para mí. Veo cosas que no veía. Incluso hay momentos en que no necesito ni leer, tan sólo escribo porque sé que al final encuentro pensamientos valiosos y asociaciones poderosas. Yo he apostado por hacer mi journal cada día. Para mí no es una obligación sino que se ha convertido en un placer. Escribir diariamente me ofrece unas posibilidades infinitas y lo mejor es que cada día disfruto más con ello. He roto tabúes personales. He sobrepasado mis límites. También he cruzado fronteras internas. Y he caminado hacia lo desconocido. Tengo que estar agradecido al journaling, me ha permitido avanzar sobre muchas cosas de forma rápida y directa. Además he descubierto a mi genio interior, con el que me llevo fantásticamente bien, por lo que mi nivel de autoestima y satisfacción personal se ha disparado. De modo que si te apetece tener buenos propósitos para hacer más y mejores cosas, a todos los niveles, apúntate al journaling. Sin duda una gran herramienta a tu alcance.
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