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¿UN BAÑO DE BOSQUE?

Sales de la ciudad y vas de camino al monte, concretamente al bosque. ¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza? Aire puro. Vas a un lugar donde encontrarás paz, tranquilidad, relax, silencio, felicidad… Creo que todos pensamos más o menos igual. El ideal de bosque como espacio de sanación mental lo tenemos plenamente integrado en nuestro cerebro. Damos por supuesto que será un espacio sin multitudes, sin ruidos ni agobios, en donde reinará el silencio que nos transportará a un estado de bienestar difícil de encontrar en nuestros lugares habituales. Rodearse de verde ha pasado a ser no una alternativa para un pequeño grupo de aficionados sino a ser una prescripción médica obligatoria para las multitudes.

Dicen que por debajo de la copa de los arboles existe una química forestal. Varios estudios nos informan sobre cuales son las mejores horas del día y también en qué época es mejor pasear por el lugar para encontrarnos las máximas concentraciones de monoterpenos, compuestos orgánicos volátiles, que emiten las plantas. Estos compuestos tienen una especie de propiedades mágicas, es una forma de decirlo, ya que producen efectos relajantes, disminuyen las hormonas del estrés, tienen propiedades anti-inflamatorias, neuro-protectoras y anti-tumorogénicas . De ahí la lógica del concepto que hace ya un tiempo se ha puesto de moda, los baños de bosque.

Los expertos señalan que no todos los bosques son susceptibles para tomar baños. Deben ser bosques maduros, con cierta logística y accesibilidad, y como mínimo centenarios.

También diferencian un baño de bosque de una simple excursión. Hay muchas formas de estar y visitar un bosque pero un baño de bosque  es una experiencia exclusiva y diferente. Por supuesto que los bosques por sí solos tienen funciones beneficiosas, indiscutibles e imprescindibles para el medio ambiente, pero resulta que para las personas también. Cada vez estamos descubriendo más ventajas; alargan la esperanza de vida, reducen enfermedades cardíacas, diabetes, cáncer, mejoran el humor, la autoestima, te conectan con tu interior, facilitan socializar si vas acompañado…

Tengo muy reciente mi último baño de bosque. Fue en Andorra. Estuve un fin de semana en casa de una amiga muy especial. Me propuso dos días de montaña y bosque y yo acepté encantado y con mucha ilusión la invitación. Recuerdo que me llevó a un entorno y paisaje espectacular. Aunque en lo alto del collado había cierta cantidad de gente, una vez iniciamos la marcha nos quedamos prácticamente solos. Escogió un sendero que se adentraba por un bosque a más de dos mil metros de altitud que parecía realmente sacado de un cuento. El lugar era maravilloso, en ciertos tramos no podíamos ni ver el sol debido a la gran vegetación existente. El verde casi te cegaba. Notabas la calidez y al mismo tiempo el frescor del lugar, y percibías los diferentes olores que se desprendían de este paraíso. Soy un montañero experimentado y un caminante habitual pero aún hoy me emociono cada vez que estoy en lugares como estos. También es cierto que el fin de semana era especial porque estaba con una persona que me producía unas sensaciones, justamente, especiales. Una mujer de esas que, ya al inicio, sabes que pueden hacerte muy feliz. Con la que conectas como con el bosque, y te dan paz, calma, tranquilidad y sobre todo felicidad. Tengo claro que una mujer así no es fácil de encontrar, por tanto procuraré con todo mi corazón devolverle esta felicidad para que podamos hacer muchos más baños de bosque durante largo tiempo.

Creo que ya no tienes ninguna excusa para no hacer tu primer baño. No es necesario que tengas una forma física espléndida, no te hará falta correr, ni escalar, ni tampoco ser un trailrunner… tan sólo necesitas relajar tu mente. Pasea con tranquilidad, observa y mira con atención, el entorno lo merece. Si tienes la oportunidad abrázate a un árbol y deja que pasen los segundos, notarás como su energía te acompaña, un árbol tiene mucha historia y puede contarnos muchas cosas. El bosque, la montaña, el campo, cualquier propuesta es buena si tu predisposición también lo es. La felicidad está allí, es cierto, pero solo la encontrarás si tu la llevas de serie. Si la alegría y felicidad van contigo la experiencia te resultará maravillosa y además si tienes la fortuna de ir acompañado, en mi caso por una mujer fantástica, estoy seguro de que este será el primero de muchos más baños de bosque.

Categorías:Relatos

Francesc