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¿NUESTRAS RELACIONES SEXUALES DEBEN SEGUIR UN ORDEN?

Hace tiempo cayó en mis manos un artículo que hacía referencia al orden en que acostumbramos a mantener nuestras relaciones sexuales. Venía a decir que el ritual siempre es el mismo; cuatro besos, masturbación o sexo oral y al final penetración. Su lógica me hizo pensar. La verdad es que vivimos esperando con anhelo el día en que nos tocará tener sexo, y cuando este día llega damos por supuesto que la culminación fantástica de este gran polvo será la penetración, porque si no se mete no hay sexo. Toda nuestra educación, la cultura con la que hemos convivido, la religión que nos ha iluminado, las películas, los libros, el porno, etc.,  todo absolutamente todo se centra en el coito. Sin este no hay culminación, todo lo demás son complementos y actos preparatorios para la penetración.

Este orden establecido por no se sabe quién es un claro represor para muchas mujeres. Además es el causante en muchas ocasiones de insatisfacción y disfunciones sexuales para ambos. Nunca me había planteado que estos polvos, en principio tan convencionales y románticos, podían estar perjudicando nuestra vida sexual. Si la secuencia besos, preliminares, penetración y orgasmo no se desarrolla del todo así y, por ejemplo, has practicado sólo sexo oral o masturbación pero sin coito, más de una vez has dicho o te han dicho que se quedaron o te dejaron a medias. Conozco a personas, de ambos sexos, que reconocen que reservan el coito sólo para personas que les son realmente importantes, no les importa hacer todo lo demás con otros porque no hay penetración. No he conseguido averiguar cuando se instauró este orden. De hecho hasta la Iglesia autoriza a su manera este precepto. Preparación previa para la mujer a fin de estimular su órgano y proceder al coito para la reproducción. Muchísimas parejas tienen claro hoy que es muy complicado llegar juntos al orgasmo, así que optan primero por la satisfacción de él/ella, vía oral o con masturbación, pero al final siempre sale por algún lado la penetración.

Todo este lío no es satisfactorio para nadie, ni hombres ni mujeres. La presión mental de que el gran éxtasis se consigue sólo con la penetración hace que mucha gente se frustre. Esto acarrea que no disfrute en su vida de un orgasmo debido a estas falsas creencias. Antes esto era muy frecuente, sobre todo en las mujeres, pero es que hoy sigue siendo habitual y esto es terrible. Hay mujeres que fingen para no defraudar a su pareja o bien aguantan un dolor no satisfactorio pensando que es normal. Pero a los hombres también les afecta. Muchos padecen trastornos debido a esta presión, tipo eyaculación precoz o disfunción eréctil. Estos problemas tienen generalmente su origen en una sola causa, la falta de comunicación. A día de hoy a muchas parejas aún les cuesta sincerarse totalmente acerca de sus apetencias y gustos sexuales. Se mantiene el patrón sexual dañino en formato clásico por esta falta de comunicación. Nos cerramos muchas puertas que nos abrirían otras formas de placer por silencios absurdos.

¿Qué opciones tenemos para no caer en este patrón? Comunicación, sin esta es muy complicado solucionar cualquier problema y más de carácter sexual. Esta problemática no se resolverá por sí misma. Al contrario cada vez va a ir generando mayor desgaste y preocupación en las personas que lo sufren. Así que habla y habla mucho. Sincérate y saca todo lo que tengas dentro. Con la pareja no hay espacio para la vergüenza, el miedo o la culpa. Para que la relación sea sana, y esto incluye el aspecto sexual, hay que ser transparente al máximo. Ha llegado el momento en que la penetración debe dejar de ser una presión para pasar a ser un acto secundario. No es un fin ni un objetivo, simplemente es una posibilidad más. Me gusta el sexo y además soy curioso. Nunca me había planteado el porqué de este patrón aunque reconozco que yo también lo seguía, con algunas variantes, pero al final buscando el mismo objetivo. Recuerdo que mi última pareja, aunque no siempre seguíamos el orden estandarizado, con preliminares largos y muy intensos, acababa muchas veces pidiendo la penetración, a pesar de haber disfrutado ya de varios orgasmos sin el coito. Era como un guion preestablecido. Es verdad que existen ciertas practicas sexuales con las que este patrón no funciona, pero aquí estamos hablando de relaciones tradicionales y al uso. Al final sólo se me ocurre decir una cosa, habla y hazlo mucho, tu pareja agradecerá que le cuentes tus fantasías, tus gustos, tus apetencias, tus todo. Creo que sólo de esta forma podréis salir del patrón establecido y encontrar vuestro propio patrón. Es una ayuda para que vuestra intimidad pase a otro nivel. Un nivel mucho más divertido, personal y placentero.

         

Categorías:Relatos

Francesc